La diplomacia es una farsa. En su lugar las intrigas, el espionaje y las puñaladas traperas empañan.
Los premios al valor son una farsa. Son telegramas de lo que ha de venir en unas semanas.
La promesa de la energía nuclear limpia es una farsa. Nadie doma al átomo. Miles de litros de agua contaminada serán vertidos al mar. No hay apología.
El petróleo es una farsa. NO es de los mexicanos, nos ensuciaron el Golfo y ahora que esta a 109 USD por barril,¿a dónde va a parar todo ese dinero? Y si nos estabamos quedando sin petróleo y ahora empieza a aparecer por doquier ¿en qué quedamos?
La guerra de las telecomunicaciones es una farsa. Los que quieren la telefonía o la TV, solo quieren doblegar al estado, el cual está ausente. No bajarán sus precios y seguiremos contribuyendo a mantener al más rico en la cima y a los otros al alza.
La democracia es una farsa. Al servicio del pueblo no hay nadie. Un montón de arpías viven del herario, pero el pueblo ni elige, ni nada; solo paga la puesta en escena.
La recuperación es una farsa. La inflación se nota en la comida, el transporte, los servicios. A nadie le alcanza. Mucho desempleo. Y el gemelo paralelo informal, absorbe a diario un poco más.
