La hora de la verdad se acerca. La hora donde el Tribunal Electoral deberá dar el veredicto de las elecciones (que para mantenerlo fresco en las mentes, una campaña de spots se ha desplegado para este fin).
¿Qué puede pasar? Las opciones simples son fáciles de enumerar: gana uno o el otro, no hay más. Pero hay una opcion más compleja que, según dicen los que saben, puede ser la válvula de seguridad de todo este drama, y su nombre es nulidad.
Este recurso al parecer ha sido aplicado en otras ocaciones, incluso a nivel de elecciones de gobernador en estados como Tabasco y Colima, e incluso Guanajuato. Y todo por la ingerencia del poder ejecutivo local en los comicios.
Si checamos todos los focos rojos tenemos: plantones; una Convención Nacional Democrática que en caso extremo puede designar a un Presidente alterno; un Poder Legislativo con todo el caris de hacerle la vida imposible a quien quede electo; asuntos pendientes investigados por la Cámara de Diputados e incluso horas extra de video de Ahumada.
Todo pinta a que si se quiere ir por el largo y sinuoso camino, en serio que va a serlo y hasta espinoso. El Tribunal está bajo la lupa, sobre todo de aplicar criterios que anteriormente le han valido su reconocimiento, y con la presión adicional de un movimiento social que está polarizando a la población.
El fallo ya no es solo estrictamente juridico. Como dicen los que hacen planeación y análisis de riegos: deben desactivarse los riesgos latentes desde un principio. Darle el gane a cualquiera de los postulados, solo servirá para calentar mas las cosas y seguir en este estrés social por lo menos de aqui a diciembre, y de ahi que nos agarren confesados.
Sabiduría y prudencia a los jueces. Sabiduría y paciencia a los observadores.
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