Vecinos ofendidos por torpezas de sus visitas, no tienen mejor idea que reclamar, difamar e insultar. pobres; les seguirá saludando la puerta en la nariz a los visitantes que no saben tocar el timbre indicado.
Un zoquete motociclista repartidor de comida se pasa un alto y casi me pisa un pie. Al reclamarle, el imbécil no tiene mejor idea que pitar: ti-ti-titi-ti.
Un pelele impulsa una reforma que horas antes de hacerla publica en compañía de sus canchanchanes, dice desconocer su contenido.
Un gobierno que demuestra su incapacidad e ineptitud dejando morir empresas y servicios públicos, todo por la tajada que ofrecen quienes prometen aliviarles tal peso de encima.
Que será mejor: ser privatizados o anexados a un estado soberano y poderoso como los Estados Unidos. En el segundo caso, los legisladorcillos no tendrían tema de discusión con respecto a cambiarle de nombre al país (y de paso hacer una lana con sus empresas de impresión y papelería).
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