Ante una urgencia, cualquiera cancela todo, con tal de estar o atender el percance.
A menos de que no haya nada que hacer, entonces tal vez el ceño se torne taciturno, pero se atenderá a la cita. Total, al vacío o en refrigeración, el jamón aguanta más días que a la intemperie. Y ya después con calma, se servirán los canapés.
Mientras, más de uno tendrá malos sueños con los jamones. Los jabugos me parece que aguantan más salados.
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