Mientras los conflictos mineros se multiplican por el país, me topo con una rara noticia de fin de semana: ¿Cómo está eso de que se acabó Luz y Fuerza del Centro?
Vaya sorpresa, y más por el caris que toman las cosas haciendo gala de fuerza en el despliegue policiaco federal y militar.
La última vez que el PAN decidió encarar a un sindicato, Pemex con Romero de Champs, a Fox le salió el chirrión por el palito, y ni los tocaron, e incluso, se tuvo que tragar varias apariciones públicas en el mismo templete.
Ahora, van contra el segundo sindicato más poderoso del país; parece que todo empezó con el reconocimiento de toma de nota que denegó el toletero secretarios del Trabajo, una andanada en los medios de comunicación, y ahora se lanzan a los manazos.
El desaparecer unas cuantas secretarias de estado no le costo mucho al ejecutivo, dado que la irrelevancia y el gasto que suponen tenia sentido hasta para los no letrados.
Pero el desaparecer de un plumazo a una empresa estatal, que aunque no es de lo mejor, ofrece un servicio básico a ciudadanos y empresas, cala hondo; y más ante la posibilidad de que el servicio quiera privatizarse.
Si eso sucede, el escenario está puesto para que una máxima de la política se aplique: que el estado tema a su pueblo.
Mientras, un grupo de países petroleros estudian reemplazar el dólar en las transacciones comerciales por una cesta de divisas que incluirán el yen, el yuan, el euro, el oro y una futura moneda común.
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