Al fin pude ver la mentada nueva película de los Piratas del Caribe. He de reconocer que me paso por la mente que podría ser un churro, pues pocas terceras partes han demostrado ser buenas, pero en este caso, se lleva las palmas.
Toda una aventura salpicada de mitología pirata, diálogos piratas y globalización pirata (ya le entraron de todo el mundo, aunque para lo único que sirvieron fue para festejar al estilo del Día de la Independencia) y traiciones cada 5 minutos, mensaje que aunque no muy positivo, es bastante realista (ya no hay honor ni moral, caray).
En definitiva la cinta es entretenida, con muchos detalles sutiles que la primera vez no son obvios (hay que verla de menos 2 veces) y con secuencia interesantes. Una de las más extrañas y bien logradas, la de Jack Sparrow en el limbo, conviviendo con sus visiones esquizofrénicas de las múltiples partes de su personalidad.
Y por supuesto, el que acertadamente le hayan dado un papel a la fuente de inspiración de Deep, Keith Richards, es un bono para los rocanrroleros.
Y por si no les fuera suficiente, el final quedo puesto como para una tetralogía.
Por el momento, me parece que es la mejor película del verano, aunque todavía faltan varios pesos pesados por presentarse.
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