"¿Para qué invertir en ciencia? ¿Imaginate cuantas viejas y viajes pueden pagarse con lo que quieren de aumento en el presupuesto para sus tubitos de ensayo?"
Este bien podría ser el dialogo de un par de legisladores de las ultimas 10 legislaturas al momento de discutir el presupuesto asignado a ciencia y tecnología.
El costo ahora es visible: de afuera nos diagnostican y nos venden las curas. Parece que el amor por las cuentas de vidrio prevalece en nuestra clase gobernante, asi que les importa un comino.
Se nota la ignorancia por todos lados. La industria automotriz, en pleno uso de indignación, invoca la creación de una renovación del parque vehicular para reactivar las ventas, e instan al gobierno y a la sociedad a que gaste. Pero no han dicho que condiciones van a tener esos créditos, ni que mejoras pueden tener los autos, o si van a ser autos limpios (eléctricos estarían bien) y lo más importante: qué va a pasar con todos los autos viejos.
Y como en el país no hay tecnmología para un auto propio (como en India), pues esperaremos a ver si a GM o a Chrysler, las más necesitadas, nos dan motores eléctricos o seguimos con el demonio de la combustión interna.
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