lunes, julio 17, 2006

Un mar de caras

Ayer domingo 16 de julio, la ciudad de México presenció la segunda megamarcha del nuevo milenio.

La primera fue blanca, con cientos de nosotros pidiendo que el Estado hiciera algo por mejorar la situacion de la inseguridad en el país. La caminata fue en silencio, pero era indescriptible la sensación de sentirse una burbuja en la espuma de aquella gigantesca ola. Por desgracia, el resultado fue el desdén y francamente no entiendo por que los organizadores no volvieron a convocar. Me parece que la gente hubiera salido de nuevo por una causa común y justa.

Ahora, 15 días despues de unas elecciones que el gobierno, entorno y el clima han tornado grises, se vuelve a leventar la ola. Un mar de caras, ahora amarillo. La causa: exigir que se de un veredicto objetivo e imparcial con respecto a la elección presidencial.

A diferencia de la ola blanca, esta marejada empezó a levantar el 9 de julio con cerca de 300,000 asistentes. El día de ayer se habla de mas de 1 millón, y ahora se convoca para el 30 de julio para que sea por lo menos el doble.

Más que lograr el Guiness de asistencia al Zócalo, el pueblo debe tomar consciencia de la respuesta que se le dará. ¿Recibirá lo que exige o se conformará con agua tibia?

Más allá de un asunto de afiliación, la gente ha tomado partido por una causa que sabemos que es un cáncer del sistema: la transa; y si la hay, entonces que el tribunal la exhiba.

Pero mas allá del resultado legal de esta justa, me parece que hay una transformación dde actitud palpable en la ciudadanía. Quién sabe, pero a lo mejor estamos presenciando el despertar que invocó Regina en 1968.

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