Ayer domingo 30 de julio, se ha dado un acontecimiento inédito; 2.5 millones de personas se congregaron en Reforma y el Zócalo para la tercera asamblea en favor de la aclaración de nuestra incertidumbre electoral.
Ahora que es temporada de lluvias en el país, vale la pena hacer una sencilla analogía con los niveles de agua en las presas. Mientras más llueve, más sube el nivel de agua, y si no se abren las compuertas, el dique puede ceder y causar una inundación.
El fenómeno que estamos presenciando es mas o menos el mismo. La cantidad de personas crece en cada manifestación y los tiempos de las instituciones no están abriendo vías para liberar la presión que se está generando.
Espero que pronto se tome una determinación al respecto pues indirectamente se está dando pie a que se desborden los ánimos y esto pueda acabar mal.
Ojala compatriotas, todos tengamos la cabeza fría y los juicios precisos para no dejarnos arrastrar por la corriente, y no se pierdan de vista los motivos y las razones por las que unos y otros están en disputa.
Ojala todo esto nos sirva de lección para involucrarnos más en las decisiones y el funcionamiento del país, y no dejarles todo a los políticos. Si México es de todos, todos tenemos que entrarle.
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