Juego de riñones el de los Gigantes en el último cuarto para desenmascarar la frustración de unos Patriotas que la pensaban ganada.
Bien por el joven Maning por quien nadie daba un peso y ahora tiene la gloria que ya probó su hermano.
Que bien que pudimos de disfrutar de un buen juego y no solo del chow de medio tiempo.
Y ya pasado el evento del superdomingo y una megamarcha de mucho ruido y pocas nueces, veremos si la cuesta de enero no se empina por lo que resta del invierno y parte de la primavera, a causa de la recesión norteamericana.
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