La discusión sobre la reforma política va, aunque la propuesta presidencial, no. Que por que el momento no es idóneo, que por que nos quieren quitar, que por que se van a meter, que por que el autoritarismo prevalecería, que ahopra los partidos si son representativos, que para que quitar legisladores si se ven tan bonitos, que segunda vuelpa pa' que si no hay transparencia, que reelección sin rendición de cuentas no tiene sentido, que si se hacen alianzas entre colores que no combinan es de mal gusto, que para que legislar la comida chatarra que es tan rica y es tan buen negocio, que el pais es y será laico (gracias a Dios)....
Al parecer el diagnóstico del sistema político mexicano es cáncer terminal. Es curioso que al discutir como arreglar al paciente, el diagnóstico sea tan contundente.
El caso Cabañas provoca revuelo. Los fanáticos ser solidarizan con su idolo. Los anti-Americanistas promulgan con zaña que esta temporada baja el América a segunda división. Las procuradurias se avientan la bolita de una detención y pérdida de uno de los presuntos. El otro presunto resultó ser batata de la Chiva, y por lo tanto, hay nexos televisos.
Los juniors se lamentan por el cierre de su antro (pero seguro hay otros), pero el representante legal del mismo, ya dijo que si tienen sus papeles en regla. Y que disque el tugurio estaba fichado por la PF que por que rolaban enervantes y se polveaban la nariz.
Si sale el peine de que alguien del club o de la televisora está involucrado, por decencia, la FIFA y la FMF debería desaparecer al club. Los aficionados no tienen la culpa, pero ¿que no hay una lucha contra el crimen organizado?
Los chicos disfrutan el juego, los jovenes y adultos se apasionan con el deporte, pero todos son clientes del mismo negocio.
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