Diciembre. Un oasis en el que podemos olvidar por unos momentos las preocupaciones propias e impuestas por los medios. Estos días los pasamos en familia, de repente hay chance de dormir un poco más, pero lo mejor, es ver a los chicos con la ilusión de esperar algún regalo al despertar el día de hoy.
Esto es lo que todos disfrutamos, y no los encabezados acerca de descabezados u otros efectos de la guerra de baja intensidad que con tintes de cruzada el gobierno realiza contra el enemigo identificado: el narco, cuyos rescursos parecen ilimitados y no debe responder ante ninguna ley o regla de cortesía.
Este diciembre todos deberíamos estar en paz, pero no es así. En 1810 se requería un cambio para ganar nuestra independencia. En 1910, para derrocar una dictadura y llevar justicia al pueblo (esto último puede que sea más poético). Cien años despues, no es claro por que será la pelea, pues si es gobierno vs narco podriamos interpretar que el objetivo es la salud; si es gobierno vs comercio informal el objetivo sería recomponer la economía; si es el gobierno vs los poderes fácticos, habría que preguntarse por que estos poderes quieren el poder.
Lo cierto es que tal vez el sistema político deba reinventarse antes de que tambien su cabeza ruede.
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