La oposición critica tanto las formas presidenciales, pero que tal los gobers que se siguen promocionando como caciques en sus terruños.
Una vergüenza Ebrard que está dandole en la torre al DF y tiene el descaro de ponerse digno y criticas el lío, del que, quieralo o no, es parte por ser político.
Una chispita para el polvorín.
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