El año pasado fue el aniversario de Benito Juárez, y en algún momento me paso por la cabeza la pregunta de cómo sería la política en esos días de la constitución de 1857. Pues sucede que en estos días tuvimos un performance que nos da una idea cercana de los enconos de esos días.
Con toda la controversia que generó el tema de la despenalización del aborto, hemos tenido oportunidad de ver que tan virulenta se pone la derecha cuando ve amenazados sus intereses. Y los desplantes han sido en diversos frentes: los sacerdotes desde sus púlpitos en principio defendiendo sus creencias y luego alebrestando a la gente, amenazando con excomuniones y hasta llamando a las legisladoras involucradas mata-niños; los legisladores de derecha mostrando su educación victoriana; las asociaciones civiles que hipocritamente se oponen al aborto y tienen sus negocios de tangas; las amenazas de muerte a legisladores difundidas por todos los canales posibles, desde el teléfono hasta el correo electrónico; la primera dama haciendo uso de su posición para "opinar"; una carta del Papa en respuesta a cierta misiva del cardenal de México, que a todas luces es una intromisión en los asuntos del estado y la secretaría correspondiente haciéndose de la vista gorda; una campaña publicitaria de desinformación donde se uso la imagen de los jueces. Y supongo que habrá otras demostraciones adicionales.
El colmo es la cínica argumentación de los legisladores federales con respecto a que asuntos como estos deberían ser consultados con la población (gracias por la cortesía), y que deberían hacerse plebiscitos o referendums, cuando esas figuras no se han incorporado constitucionalmente y se ha pugnado por ello desde hace más de 20 años. Ahora que les conviene se acuerdan de quienes votamos por ellos, pero por lo general eso solo importa durante las campañas.
Han pasado 150 años desde la promulgación de la constitución de 1857 donde México se convierte en un estado laico, y ese es uno de los principales elementos de nuestra democracia. Y con todo y eso el sr. Creel dice que el laicismo es un pretexto.
Total que la derecha perdió la batalla; a ver ahora con que se quieren desquitar. Pero una cosa es segura, abajo de la seda hay cobre.
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