Haciendo cuentas, ya van 16 años que partimos de ese lugar que fue extensión de nuestra casa, para algunos de nosotros hasta por 12 años.
Recuerdo que pocos meses despues de la partida, regrese, y estaba el buen amigo Raúl M., "el Chanclas", ahi sentado en el patio; platicando comentabamos de como sería bueno regresar, aunque sea por un dia a esos salones que ahora ya no nos pertenecían. Como sería ir a clase, y platicar de nuestras expectativas ante la inminente entrada a la universidad.
Pero quedo ahi; fue un buen momento.
Periodicamente trato de regresar, y todo cambia. Las caras del personal, de los maestros, de los alumnos. Pero los incondicionales siguen ahi; el Doc , el Licenciado, el Ingeniero, Chivita, Ramirito; y son ellos quienes evocan memorias de esos dias con la escenografía puesta por las estaciones.
Y curiosamente, siempre hay alguien de la vieja guardia de visita. Que arraigo.
Mas que una escuela fue nuestro parque de juegos, nuestro espacio para socializar sin necesidad de bebidas etilicas o alguna otra porquería (solo los sanos refrescos y los super molletes de frijoles con tostis), nuestro laboratorio de conducta y aprendizaje.
Para todos aquellos que compartieron esas bancas indestructibles (solo a base de petardos o alguna otra acción violenta), esos baños de fragancia concentrada y penetrante, esa coperativa que parecia baile de slam, los espiros, los pequeños camiones, los gritos de Tarzán del Tobi; no importa que nos hayamos conocido. Salud y pesetas.
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