Un nuevo desafío se nos ha presentado en el proyecto Galileo: realizar una herramienta educativa que ayude en el estudio de la química a nivel secundaria.
Es curioso, pero llevamos algunos días intercambiando vivencias de esa época y los resultados son poco alentadores. Para empezar, parece que la experiencia de la mayoría no fue del todo agradable; mucho que memorizar y mucho que copiar (pues nisiquiera podemos hablar de leer en pro de comprender).
De lo rescatable esta la experimentación, y he aqui la nostalgia: los juegos de química Mi Alegría. Que buenos son esos juguetes y que poco se les aprovecha.
Asi que las preguntas son:
¿para qué estudiar química?
¿qué temas son los interesantes y cuales los de pesadilla?
¿cómo aprovechar las capacidades de cómputo a favor de los estudiantes?
Hacer software implica tambien hacer filosofía.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario