viernes, junio 23, 2006

Elegir: ¿problema existencial o habilidad reprimida?

Hace poco retomando una lectura de Orson Scott Card, caí en cuenta que los juegos de guerra que Ender practicaba realmente no distan mucho de nuestros juegos en el recreo de policias y ladrones, o alguna de sus variantes (pensar que en 30 minutos en ese patio del Amado Nervo podía vivirse toda una aventura es algo nostálgico). Trato de recordar detalles de esos días y caigo en cuenta que el ritual de inicio de todo juego es el momento de formar los equipos.

¿Cómo elegiamos? Si te tocaba escoger, te ibas inmediatamente sobre el mas alto, fuerte o rápido (según lo requiriera el juego) y el grupo de disponibles se iba reduciendo hasta llegar a los más jóvenes, pequeños, inexpertos o lentos. Claro que también jugaba el factor de relaciones: eliges a los cuates, o a los populares al principio (los últimos ¿no lo eran?).

Si te tocaba esperar a ser reclutado, las actitudes eran varias: esperabas en silencio o haciendo aspavientos para que te vieran; habia quien negaba con la cabeza o se escondía para que no le tocará en un equipo que le fuera incómodo. Pero lo más grueso era que te quedaras en los ultimos 4; y ni hablar del último.

Y asi empezaba el juego y transcurría hasta que la infame timbre tocaba el final de la batalla. Lo más curioso es que al otro día pasaba lo mismo, pero el rendimiento y las hazañas contaban para modificar los criterios de selección. Así pasaban los días hasta que los equipos se iban integrando cada vez más y lo mejor era volverte inbatible.

Años despues cambiaron los juegos, y tocó el turno de los deportes para aprender de nuevo a elegir; solo que ahora los cambios físicos y hormonales influian en los criterios de los capitanes.

Los años de escuela pasan. Y toca elegir a quienes serán tus sinodales en un exámen profesional o los colaboradores de trabajo para realizar un proyecto. Pero las deciciones rudas son cuando eliges a tu pareja o cuando repartes tu tiempos para ver a quién sigues frecuentando.

Por si eso fuera poco, nos han dado el derecho a elegir a quien nos ha de gobernar. Aqui lo malo es la ilusión de tener el control, pues es una masa quien decide y no el individuo.

Y es en este punto donde el lider se desvanece, pues los meritos en el campo no son suficientes para ir en contra de un mar de caras. El talento, profesionalismo y la experiencia son importantes para el lider y sus colaboradores. Asi que ¿por que me piden votar por semiprofesionales para hacerse cargo de mi pais? De NUESTRO PAIS.

Lo más alarmante es que este fenómeno aparece en la política, en el deporte (vease a la seleccion dias antes de enfrentar a Argentina) y en otras esferas.

Por que olvidamos lo que aprendimos jugando.

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